martes, 14 de abril de 2015

"Trotar" de Vivir x Respirar Hondo x Calor en Pleno Invierno.

Esperábamos, silenciosamente y con la mirada fija en el largo camino por venir.
Entonces, flexionando las piernas y apoyando las manos en el pavimento, el hombre  a cargo exclamo; ¡Preparados!
Y levantando el arma, disparo.
Entonces recordé que un día una persona preciada en mi vida me dijo; No trates, Trota.
Claro, eso no tiene ningún sentido para el resto, pero déjame explicarte el significado de ello más adelante.

2010.
Era más o menos en octubre, con el suboficial Moyano ya habíamos competido en varias veces corriendo de 1 y 2 kilómetros. Una maratón de 6, que eran 3 de ida y 3 de vuelta. Y esta, la por venir, era de 8... Ida y vuelta.
Al principio estaba muy tranquilo, el suboficial moyano tenía un par de conocidos en la cordillera y era fenomenal ver tantos muchachos haciendo ese deporte.
Primero se harían dos mini maratones de 2 kilómetros, 1 de ida y otro de vuelta para los cursos básicos que quisieran participar, eran muchos chicos los que corrieron. Luego la misma cantidad para las mujeres y luego vendría el de 8, que era libre de edad.

Corrimos con el subo. durante unos 20 minutos para no perder el ánimo y recorrimos ese pequeño pueblo tan lejano de toda contaminación de las ciudades. Arboles, casas totalmente artesanales, plazas bastas y mucho paisaje por todos lados, gente de lo más amable que puedas topar y saludar por las calles, solo una cantidad moderada de vehículos, una oficina de bomberos y un centro de salud que era como una "posta" de cualquier cuidad pequeña.
Lo que más me asombraba era que el clima algo frio por estar tan cerca de la cordillera no le impedía a nadie salir a descansar a una plaza.
Era todo genial y... Melancólico, como en Rancagua. El solo ambiente sano y amable te incitaba a querer conocer y quedarte.
Pero entonces llego el momento.

Dieron el aviso de acercarse al punto de partida y he ahí nos topamos con un hombre de edad, ya lo había visto un par de veces en la maratón Milo y en otras por Temuco.
Esperábamos, silenciosamente y con la mirada fija en el largo camino por venir.
Me había puesto el desafío de mantener su ritmo los primeros dos kilómetros, eso me sacaría ventaja del resto, pero... Su manera de correr me resulto un duro dolor de piernas.

- Vamos López... Si llegas ultimo...

- ¿Eh?

- ..harás guardia de 3 a 5... Toda la semana.

- ¿No que esto era indiscriminado del cuartel? ...suboficial.

- Hm.. Vas a pagar con sangre soldado, con sangre.

- Kst!
Sabía que haría eso, había dicho que éramos libres del trato saliendo fuera del cuartel. Pero era demasiado pedir que no pusiera limitaciones y opresiones respecto a la maratón, después de todo. Nos preparamos durante dos meses por algo así.

- ¿Subo. Moyano?

- ¿Que pasa López? Concéntrate...

- ¿y si yo gano?


Se oyó el disparo e intrépidamente deje un segundo en desventaja al subo. y mi misión primordial era el hombre maratonista. Lo divise entre todos los corredores y de a poco aumente la velocidad imponiendo un ritmo causo y constante.
Al cabo de más o menos 8 minutos el subo moyano ya lo había perdido de vista y éramos el maratonista, un pueblerino y yo los que competíamos por el primer lugar, pero apenas llevábamos un tercio menos de la mitad del recorrido.

- Tu respiración. Sube los hombros.

- ¿Hm? Ops... Corro así.

- Entiendo. Respira hondo. Pasos suaves.

- Gracias.

Esa pequeña platica con el pueblerino me hizo sentir mucho mejor. Claro que no debíamos hablar demasiado. Entonces llevando el mismo pudimos ver la mitad del camino, bueno... Eso creía.
Habían dos autos estacionados impidiendo el avance, me concentre en llegar a los autos y volver, pero al hacerlo y voltear me di cuenta que la curva era mucho antes y el pueblerino me saco ventaja por más de 20 agonizantes metros. Fue un calvario tomarle la delantera.
En aquel tiempo había dejado de fumar cigarrillo y me sentía bastante limpio y amplio al inhalar oxigeno, pero... El tiempo anterior fumando cobraría sus facetas.
Comencé a toser y a disminuir el ritmo. Un par de metros más adelante pude ver al Subo. que venía de lo más tranquilo platicando con un conocido suyo. Y dijo;

- ¡HERCULES TE VEO LENTO! -y se echo a reír junto a su acompañante.

¿Como $&#@% pudo haberme dicho eso?... ¡Le llevaba el doble de ventaja!
Entonces el cuerpo recibió el segundo aire, bueno, a decir verdad ese era el cuarto aire. Retome el ritmo, escupí toda la saliva acumulada en la garganta y respire honda y continuamente... Di pasos más largos pero más ligeros y suaves y así recupere bastante estrecho entre el pueblerino y yo. Al maratonista ya lo habíamos perdido de vista hacia 15 minutos. Era evidente que mi reto era ese pueblerino.
Al cabo de pocos minutos el pueblo se hacía visible a lo lejos y oímos aplausos. El maratonista había llegado, entonces di el último respiro lento y comencé a correr con todo.
Al escuchar mis pasos el pueblerino no se precipito, dejo que le alcanzara por algunos metros y entonces hizo algo extraño.
Cada vez que aumentaba la velocidad él lo hacia... Incluso corriendo con todo, el pueblerino establecía la misma velocidad y lo hizo hasta la entrada del pueblo, de ahí jugué sucio... Corría y saltaba dando pasos largos hasta que estuve a 5 metros de él aproximadamente... Pero entonces mostro su velocidad y me dejo a casi 30 metros antes de cruzar la línea de meta.
Quede atontado... Y por extrañas cosas que a veces surgen de los recuerdos mis pensamientos memorizaron esas palabras... En aquellos días.

- Te estás haciendo daño como cualquiera de esos irresponsables en el mundo.

- ¿Enserio crees que eso importa? -dije encendiendo el tercer cigarrillo.

- ¡Aleja ese maldito humo! Como odio a los fumadores.

- Hmp... Es un demonio de denominación "posesivo", por eso una vez se incrusta en el cuerpo es difícil de extraerlo.

- No, las personas son los demonios que culpan sus irresponsables decisiones a seres de otro plano. ¡Dije que alejes ese asqueroso humo de mí!

- ¡eh! ¿Me dirás de una vez por que te afecta tanto un cigarrillo?

- ¿Un cigarrillo? ¡¿Un cigarrillo, dices?! Llevas más de tres en este rato y quien sabe cuántos llevas toda la semana. Una vez reconoces tu infección culpando a un demonio posesivo lo transformas en uno invasivo por tu propio consentimiento.

Aspire un segundo y luego exhale diciendo; - No estamos hablando de mi ¿Verdad?

- Fumó desde que mi mamá tuvo que irse a España. Él sabía que tenía que dejarlo, se fumo el último cigarro antes de entrar al hospital para internarse y limpiarse sus pulmones. Pero, murió hace 8 meses poniendo un cigarro más en su boca. Ni cirugías ni trasplantes curan la enfermedad de una mala decisión que se pudre desde adentro. Estoy harta de ver a tanta gente que estimo fumando, es como si me escupieran en la cara el cariño que les tengo.

- Me iré al servicio militar, dentro de dos días.

- ¡¿Qué?!

- Tome una decisión, mi familia esta sanando las heridas... y yo debo sanar las mías, y con el tiempo, con mi ausencia, sanare también las que deje en ella.

- ¿Te vas por eso? ¿Y aun te culpas por esas cosas? Jajajaja eres un idiota.

- ¿Eh? Que te traes con eso...

- Para empezar no resistirás, ese maldito humo no es tu mayor problema, pero lo será en dos días más. Y no estás superando nada, estas huyendo. Cobarde.

Ya casi quedaba la mitad del cigarrillo cuando lo aparte de mi boca, la mire y respondí;
- Jamás huí, eso fue mi error. No la deje en paz sabiendo que no era digno de estar con ella. Esta decisión no es simplemente por las heridas que cause... Sino también por esto- levante el cigarrillo-por la herida que está causando en mi.

- jajajaja... Eres un idiota. De hecho... Eres el más idiota de los idiotas que conozco.

- ¿Enserio? ¿Y... Debo sentirme alagado?

- Oh si, jajajaja... eres toda una majestad de idiotez en uno solo. Jajajaja

- Jajajaja pues me siento alagado damisela bastarda.

- Cállate idiota...jajajaja Trae acá. - dijo tomando mi cigarrillo. Sin apartar su mirada del horizonte se tomo un segundo. Luego lentamente aproximo el cigarrillo a sus labios pintados de marrón y aspiro.
No tocio, pero la verdad no es que haya estado acostumbrada a fumar, sino que todos los años aspirando el humo de los cigarros de su padre y de las personas que la rodeaban la volvió una fumadora indirecta por decirlo de alguna forma. Sus pulmones ya estaban contaminados por las malas decisiones de alguien más.

- tzz.. No sabe tan mal cuando lo fumas.

- No lo hagas...

- ¿Hacer qué? - pregunto tirando el humo en mi rostro.

- No quiero ser responsable de esto.

- Mira nada más, el que se culpa por las heridas del mundo intentando huir otra vez.

- No es eso. No quiero verte hacerlo, no frente a mi.

- Pues ahora nos entendemos.

Silencio.

Paso un largo lapso desde que cerré mis ojos evitando verla fumar, pero podia oir su respiración inhalando y luego sentía el humo en mi cara cuando exhalaba.
Al terminarse el cigarro abrí los ojos y Carla estaba de pie. Me miro y dijo.

- Así vivía con papá, se fue primero y me toco sufrir su perdida. No pasara otra vez con los demás, eso te incluye.

- Lo superare. -expuse.

- ¿Hm? ¿Esta-

- No malinterpretes. Superare este demonio, terminare mi servicio y volveré para seguir el camino que escogí.

- ¿Estas... Haciendo...?

- Si, un trato.

- Entiendo. Entonces lo evitare si te superas. Una gran manera de hacerlo ¿Sabes cuál es?

- No. ¿Cuál?

- No trates dejando el cigarrillo, difícilmente lo conseguirás, trotando te darás cuenta de que no tendrás otra opción.

- ¿Hm? ¿Trotar?

- "No trates, trota".

Entre al servicio dos días después. Al primer mes mi cuerpo apenas lograba acostumbrarse al ritmo militar. Al pasar casi 4 meses comencé a trotar y fumaba frecuentemente, pero entonces sucedió que la tos no me dejaba mover los pies. Opte por seguir trotando. Luego todo eso se apremio cuando me inscribieron en la primera maratón de mi vida. Luego los asumí como retos que comencé a disfrutar... Y ahí estaba, intentando alcanzar a un pueblerino lleno de salud.
Me di cuenta de que por más que quisiera y corriera... No lo alcanzaría. Debía seguir entrenando y alejarme del cigarrillo. No por dos o tres meses, no por dos o tres años... De por vida.


Disminuí la velocidad en parpadeos y como no había ningún corredor cerca de mi mantuve esa velocidad diminutiva al llegar a la meta. Gente aplaudiendo y dando voces de felicitaciones, me ofrecieron agua, una toalla y me invitaron a trotar para no frenar en seco el cuerpo. Todo fue fenomenal.
Tercer lugar, no toque ninguna medalla pues solo se premiaba primer y segundo lugar en cada categoría.
Subo. Moyano llego casi 15 minutos después y me felicito por mi desempeño, me había librado de la guardia por una semana, dormiría como en el cielo, esa fue la mejor medalla. Fue un logro personal que quisiera repetir y superar algún día. Más aún hoy que deseo sacar este amargo humo de mi vida. No tratar, trotar... De eso estoy seguro.

Un mes antes de aquella carrera había sacado el tercer o segundo lugar, no recuerdo que puesto, en una "bombo maratón" de Lonquimay. Eran bomberos con los que competíamos, éramos varios los soldados y cabos en esa maratón, fue toda una hazaña, nos mostramos decididos desde un comienzo pero los bomberos no eran tan persistentes en superar unos a otros asique el reto era superar a el Cabo Tapia y el Cabo ... ....Cielos, ya se me han olvidado muchos nombres del servicio militar. Da igual... Era el cabo mas resistente de todo el Regimiento Tucapel.
Gano sin problemas y el reto entre Medina, Parra, y yo, López. Medina iba a la delantera y se mantuvo hasta el final, parra y yo competimos hasta ganarle en un curva dos cuadras antes de la meta.

Extender los brazos... Cruzar la línea y romper la cinta fue lo mejor, realmente eso hace que todo ello valga la pena. No es por las felicitaciones y los aplausos, eso es de añadidura... El trofeo y medalla que se ganan en esos deportes... Son el bienestar con uno mismo, se consagra el respeto propio y el recuerdo... Eso es lo más reconfortante!
Sin duda cruzar la meta te hace sentir una calidez en el interior que disipa toda fría estación invernal.

Creo que seria agradable comenzar otra vez, los cigarrillos han vuelto a mi bolsillo y a veces el encendedor que chispea y nunca enciende tiende a jugar nuevamente con mi temperamento, pero es divertido, supongo que eso da indicio de la necesidad de una nueva partida, un nuevo comienzo y arduo trabajo para cruzar una meta, una en la que pueda sentirme satisfecho con mi propio esfuerzo humano.