viernes, 19 de enero de 2024

Incrustante • Peor que Pérfido • Desde ojos espectrales

"La última espera
Que el tiempo avisa"

No siempre me gustó el verano, pero siempre ame el invierno.
Supongo que me causaba tristeza ver cómo todos salían a veranear mientras yo no tenía idea de cómo era una playa. Pero gozaba del invierno porque el calor de las brasas junto a la familia se sentía genial, mientras en otras casas más acomodadas no había calor ni paz.
Así mismo me gusta más disfrutar de las tormentas que de la tranquilidad... 
Déjame explicar...
He vivido en silencio casi toda mi vida, pero no significa que mis palabras sean débiles. 

Sino todo lo contrario. 

Se que el poder de las palabras revive o destruye incluso lo que el dinero no puede.

Se que en la tranquilidad no hay hazaña más que la brisa y palabras claras.

Se que en la tempestad también abunda mucho la risa tonta y la ignominia...

Por eso voy donde hay peleas, dónde la paz no llega y lo civilizado se pierde...

Porque en cierta forma me gusta pisar demonios y entender las fallas de la gente perdida, oírlos y que sepan que un error no los define para siempre como el mundo les juzga.
Me siento más vivo cuando un demonio incorpóreo intenta atacarme y mi piel me advierte cómo millones de agujas incrustándose. Porque cuando resistes y no te pueden tentar, los obligas a salir y atacarte, pero no pueden más que intentarlo. 

Me enseñaron a tener compasión de los más despreciados, porque cuando despreciará al caído, al inmundo entonces yo caería peor que él. 
Me enseñaron también el secreto de los que caen, y es que si se levantan, otros también lo harán cuando te vean.
Y sin que me lo enseñará una persona, 
aprendí a ver a quien nos hace caer
Sutilmente
Ante un mundo pérfido e inmundo.

Entendí porqué lo hacían, y cómo lo hacían

Y después de mucho sufrir por caer...

Aprendí como resistir, y me divertí...

Porque entonces yo los hice caer... Entiéndase que no hablo de personas.


Sentía como mi alma los pisaba y trituraba lo que antes eran enormes craneos espectrales, después sonaban como diminutos huesos secos bajo mis talones..
Y es que eso siempre han sido.
Me tentaron al punto de que creí que era normal estar por debajo de ellos...
Me privaron de vivir plenamente, acorralado por el miedo a sus rugidos a mitad de mi sueño...
Y les oía reír cuando la gente sin techo lloraba por la lluvia... Entiéndase, que ahora sí.


Entendí que no era tarea más que nuestra enfrentar demonios...

Pero se burlaron, y ni siquiera dieron abrigo a los que sufrían.

Ahí comprendí todo. 



Que mientras más cómoda sea tu vida, más miserable será tu humanidad y no hablo de lucrar con tu vivir, hablo de no conformarte con quién eres en realidad.
Porque ellos te conocen mejor que tú mismo.

Que trasciendas esa línea que te hace ajeno al dolor de los desprovistos... 
Porque cuando tú lo seas, querrás un ser humano a tu lado,
Por complejo que se sienta hacia otros pero no un demonio riéndose en tu cara.
No creas que no tocaras fondo o que todos los tuyos estarán a tu lado por siempre.

Los demonios trabajan mucho mejor que tú en tu rubro, y ellos llevan más de seis mil años aquí. Tu tarea no es vivir para tener un sueldo lujoso y acelerar en tu auto sobre el charco que moja la dignidad de los que han tocado fondo.

Tu bendita tarea es ayudar a tus hermanos y pisar la cabeza de los demonios que los han atado a la miseria.

¿Crees que acelerar a fondo en tu auto te librará del alcance de los demonios?
¿Sobornaras con billetes a quienes solo gozan de la carne humana?
¿Acaso no dieron tus padres y tus hermanos sus lágrimas para que salieras adelante?
¿Y pretendes que con dinero para un pan vacío el marginado se levante de su caída?
¿Qué honor hay en tu salario si nunca has bendecido el plato de otros?
¿Qué tan miserable tienes que llegar a ser, para mirar al marginado a los ojos, arreglar tu corbata y admirarte, mirandolo por debajo del hombro mientras agoniza, siendo de tu misma especie, y te goces por estar mejor que él, yendote en tu auto a dónde el pecado en tu carne no duerme?

¿Estás consiente de que ni el diablo trabaja contigo, porque tú solo has creado tu boleto a la prisión infernal?
Y que cuando lo vea el marginado, a diferencia de ti, se compadezca.

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