miércoles, 19 de diciembre de 2018

· Niño lobo ·

"Wait time for no one"


Mientras me...
Mientras me zamarreaba de un lado para otro como a un costal de basura, sujetándome del cabello, muchas veces pensé…
¿Quién le hizo tanto daño? ¿Quien tan infeliz le hirió tanto como para que ella se transformara en un simple artefacto de trabajo diario y olvidara su humanidad…para que hiriera así a otros?

Siempre le temí. 
Aún cuando de pequeño, las pocas veces que hice algo para ella en el día de la madre, cada detalle lo hice con miedo. 
Siempre gritaba, eso lo recuerdo a diario. Era horrible. Siempre gritando.
Gritando por esto y aquello.
El simple hecho de que gritara por todo y se alterara por cualquier cosa que no le pareciese… 
me hacía sentir menos como un hijo, y mas como una carga extra a su eterno descontento.

Tanta opresión me hizo lo que soy. 
Un perro apático de sentimiento sin opciones básicas de deseo. 
Una cría exactamente parecida a su engendradora.


Nunca se ganó mi confianza como hijo. 
Jamás sentí necesitar contarle mis cosas. 
Esas pesadillas que viví solo fuera de casa cuando pequeño... 
Siempre que pensaba en decir algo, la imaginaba y oía gritar y chocar platos por alguna razón.
Y así mi desgarrador aullido de auxilio se tornó un frío silencio.


Ahora también cargo mis propias discordias, un ruido inexacto albergado entre mis oídos.
Un vapor tóxico y un par de nombres.
Todos sobre luto...

¿Que esperabas de alguien así?


Porque...
            "Él nos amó primero"


No hay comentarios:

Publicar un comentario