viernes, 6 de febrero de 2015

Un Duro Momento x Solo en Mi Cabeza x Auto-Respuestas.

La conversación con Papá había terminado de improvisto, mamá había llamado y papá tuvo que ir a buscarla, era un charla bastante valorada, edificante en muchos aspectos y terminó suavemente con la despedida de papá. En tanto veía por la ventana como se marchaba mis preguntas y todo aquello que quería hablar, se detuvo... y en completo silencio caminé lentamente hacia mi cuarto en tanto las palabras se componían por sí solas.

[ - La vida de un hombre cristiano consiste en superar pruebas y no maldecir hacia arriba. - Dijo papá mirándome y luego sus ojos se clavaron al cielo, mirando por la ventana. - Si la gente ahí fuera supiera lo que se viene y abrieran sus ojos... Muchos encontrarían una vida única, una vida de gozo y un pilar firme cuando todo el mundo se venga abajo.

- ¿Qué hay de quienes amo y no lo saben? -Expuse con voz seria.

- Pues... Si tu lo sabes y ellos no, deberías decírselos. - explico.

- No me oirán. - Interrumpí.

- ¿Ah, no? ¿Por que crees que no?- pregunto algo extrañado.

- Son tontos, tontas... Viven una utopía, es imposible para mi hacerles ver que están del lado equivocado, podrían decir lo mismo de mi y seguirían bebiendo su cerveza burlándose como animales que son. - Exclame.

- ¿Estas enojado? - Me pregunto con rostro sorprendido.

- ¡¡Claro que si!! ¡Van a morir! Eso no me importa... ¡Quiero que vayan donde yo quiero ir! ¡Ya no sé como salvar a mis amigos!

Me senté en el suelo cubriendo mi rostro con el antebrazo.

- Entrégaselos a Dios. - Dijo.

- Eso es lo que hago.... Todos los días... Jonathan, Yicel, Pato, Beatriz, Camilo, Tia Ximena, El Condor, Yohana, Carito, Anne, hasta Adan que no le importa creer en nada...  Ricardo, Arturo, Pato. Roxana, Toty... Héctor, Vane... Incluso Sarai!

- ¿Eh? - Se sorprendió papá.

- ¡¡Si!! ¡¡Incluso a quienes odiaba!! ¡¡Incluso a quienes me odian!!... Los quiero conmigo... Quiero ayudar a salvarlos... No quiero que se pierdan.

- ¿Entonces? ¿Si se los has entregado por que cargas con ellos?...

- Por que así lo siento... Por que eso hacen los amigos... Tengo miedo a que... A que se pierdan... -dije con angustia en mi tono de voz.

- Ellos estarán bien. Dios no es sordo hijo. Quien necesita realmente ayuda... Eres tú. - Dijo poniendo su mano sobre mi hombro.

- Eso no importa. Me importan ellos...

- Nunca te importas, ese es tu error. Ellos si son amigos se preocuparan por ti. Pero... No veo nunca a alguno de ellos que venga a verte. No te fijas que eres tú quien necesita apoyo. - Repuso levantándome con sus manos en mis brazos.

- Soy una mierda... por eso no vienen... Yo soy el ermitaño.

- Hijo... Eres mucho que eso.

- Soy bastardo! Soy un weon que sueña estupideces para poder sonreír! Soy un cobarde por no ir a buscar a quien amo! Soy una mierda que no sabe ni como ayudar a sus amigos a salvarseee!!

Papá me dio una bofetada y el silencio envolvió la casa. La cocina, el comedor, el baño, los otros cuartos y el pasillo, todo era silencio. No había llorado en mucho tiempo... En mucho, mucho tiempo. No quería hacerlo, me obligaba a mi mismo a no hacerlo, pero sentía un dolor tan grande que... Cuando sentí la bofetada todo lo que guardaba dentro explotó en medio de la confusión y no sentí nada. No sentía pena, ni dolor, ni alegría ni tristeza, ni siquiera esa constante carga que llevaba todos los días en mi corazón. Solo pervivía un ligero ardor en mi mejilla y fue cuando papá me dijo aquellas palabras que me hicieron quedar desnudo, pálido y sin aliento.

- ¿P-Porque? - Dije apunto de soltar el llanto.

- Por que ellos se podrán salvar por misericordia. Tu puedes por la Gracia. Eso no debes olvidarlo nunca. Ellos no murieron por ti Israel, y dudo que alguno llegara a hacerlo. Entrégalos y procura levantar tu Espíritu. Por que ninguno de ellos ni ninguno de nosotros lo va a hacer por ti. Solo Dios.

Toco mi hombre y me dio un abrazo, me dijo un par de palabras mientras lo hacia. Miro mi rostro y sintió algo de pena, pude notarlo. Extendió su mano y la estrechó a la mía. Me dijo que era un buen amigo pero que mi alma era lo mas importante. Que estaba mejor cuando yo era un sujeto frío.

Me regalo una sonrisa y se retiró.

Quedé solo en mi habitación. Luego cerré la puerta y puse las cortinas, la luz del sol no entro mas en mi cuarto ese día, ni ningún otro.

- Siento... Soledad.


Y me deje caer sobre mi cama. No de Noche, faltan un buen par de horas para eso. Aún así... Me Puse a dormir por un extenso silencio en mis sueños.]

Eso nos suele pasar, el amor de Dios esta en las personas que le buscan y muchas veces tendemos a querer demasiado la salvación de una persona, olvidando la nuestra.
Eso podría ser un tema muy perturbador, pero la respuesta es sencilla.
Caemos en una depresión ambulante cuando no vemos ningún cambio, y es siendo honesto no debe haber ninguno, el cambio debe ser justo al final, y eso nos discierna o no es decisión final de quien confiamos.

Veo como mucha gente se pierde mas y mas, y ese fue el dolor de aquella tarde provocó algo de inseguridad, aún así, me eché a la cama, tranquilice mis divagantes pensamientos y me dormí. Esa es la Fé. No, no se trata de echarse a dormir, sino de confiar. De dejarlo plenamente en sus manos, incluso y sobretodo aquello que tanto tememos que se pierda. Que tanto hemos aprendido a valorar, a querer, a extrañar.

A pesar de que nada de eso tuvo cabida en la realidad, en la mía tuvo un punto muy importante, no estaba solo y sabia lo que debía hacer, ya no soy ese niño llorón que corre hacia papá a preguntar por qué el cielo es azul claro  de día y azul marino de noche.
Algo me he edificado, mi espíritu bien lo sabe, pero para él, todos seguimos siendo como niños, mientras nuestra Fé no erre, seremos como niños, bienaventurados.



                          Mi Propio Sermón x Un duro Momento x ¡Todos Ellos!


No hay comentarios:

Publicar un comentario