Diré a
los vientos del sur; Deténganse,
y lleven sus lluvias a las tierras del norte
árido.
Saciad la sed de quienes caminan por el desierto.
Y
ningún viento me oiría.
No soy
yo, Señor Quien posee dones tan maravillosos.
Tan potentes.
En mis innumerables
días de tormento me has dado fuerzas,
el consuelo y el levantamiento.
He
fallado tantas veces al mundo que hay una estrella por cada fallo.
Muchos
fracasos para mi mismo...
Y cuanto más, oh Señor
Lleno de Misericordia has
tolerado en mi profano ser.
Gracias...
Porque en tus muchas misericordias he camino.
Tal vez
sean mis días como el fuego de la brasa
a punto de consumirse, aun así...
He
dad de Gracias a ti, oh Señor Padre;
Que me
enseñaste desde pequeño tus misteriosos caminos;
Aquellas sendas de oscuridad y
tiniebla,
de las cuales hacia parte.
Hasta que oí tu llamado y te recibí.
Gozo y
Fiesta hubo esa noche en el Cielo.
Un
nuevo nombre había sido escrito en el libro de la vida.
Esa
noche nada sentí, nada cambio,
nada diferente hubo en días... Semanas...
Pero me
veías, todos mis caminos,
todos por los que malamente anduve me sacaste. Me
amparaste.
Tu
cariño no lo sentía.
No lo veía con sentidos tales como los de hoy.
Que tú
das. Gracias Jehová.
Te Insulte.
Negué. Reproche tu Santo Nombre.
Te quise fuera de mi vida. No me oías, no
contestabas...
No sabía que estabas ahí, que oías,
que no podías si yo no te lo
permitía,
con la fe que demanda este camino para que se haga conforme a tu
voluntad.
No conocía al Espíritu Santo.
Aun no tenía amor de Dios.
Gracias,
oh Precioso Padre.
Que corriges
mis sendas y las preparas,
que tienes misericordia de este Siervo inútil.
Que
lo sustentas... Lo alimentas del buen mana.
Y me das lo mejor.
Mi familia.
Los demás.
Gracias
Señor.
Por
cada detalle que viene a mi vida
y me renueva mas la fe,
la cual es pequeña...
Pero en tus manos está.
Conoces
mis defectos Señor
Conoces
mis ataduras...
Cuán desilusionado
he estado de mí,
que mi alma entra en aflicción,
lloro y quebranto.
El cual no se pierde en el tiempo, pues Tú Padre,
conoces el
corazón y la intención de los hombres.
Gracias
por la vida, la cual no he sabido llevar bien y en rectitud,
pero tus caminos
me llevan a ti.
Voy,
Padre... Voy.
Mientras
TÚ vengas... Yo voy.
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