lunes, 15 de febrero de 2016

La Rosa y el Lóbrego • Pequeña Bendición • Sencillez de Corazón


Mucha gente igual, grupos iguales, todos tomando y no había mucha diferencia entre un grupo y otro... bueno, no se podía esperar mucho mas después de todo, de eso se trata el Merken Rock, aunque la verdad... esperaba que fuese algo mas... poco repetitivo.
Pero es lo mismo, todos con polleras metaleras, el ruido es el mismo solo que mas fastidioso en vivo, cervezas, y toparte con chicos que los conocías de pequeños y verlos ahí como intentando ser rebeldes por tener 17 y beber cerveza.
Fui de improvisto, condor quería ir, yo quería salir, pero la verdad no quería estar en un lugar así.
No son lo mio. Prefiero justamente todo lo contrario. El silencio y la melodía mas leve. Y con no tanta gente.
Pense que hallaría lo que buscaba, pero honestamente para mi fue una perdida de tiempo. Fui con la intención principal de ver a Jonathan Poblete, pero recibí noticias de que esta en Pucón trabajando.

Sino hubiese sido por ese detalle justo antes de irme, hubiese sido un día perdido... pero... esa pequeña niña.
Despertó enseguida mis mas tiernos sentimientos escondidos, esos que no les muestro a nadie por el mero hecho de que no quiero. Pero me cautivo.

Hugo, él prefiere el seudónimo kachulo, pero su nombre es Hugo. Un Estimado amigo del colegio. Creo que ya hacia mucho tiempo que no nos veíamos. Me rescato del fastidio de estar cuidando las cosas mientras los demás salían a dar vueltas. Me disgusto un poco, pero al final decidí por no darle importancia a nada y deje todo tirado y me fui a dar vueltas con Hugo.
Buscábamos a su pareja. "Bandera" era la única referencia que teníamos de encontrarla, pero honestamente luego de la vista panorámica que me di, sabia que no era dentro. Salimos y no paso mucho hasta que ella lo encontró a él. Inmediatamente me fije en que una pequeña silueta camino hacia mi apenas hugo saludo a su pareja.
Mientras la pequeña se me acercaba con esa sonrisa preciosa y tierna en su rostro me fue inevitable esquivar su mirada como hago con todo mundo. Pero esta niña me cautivo y hallo gracia ante mis ojos de inmediato.
Estire mi brazo otorgándole el saludo de mano y ella no dudo un instante en estrecharme la suya.

- Hola pequeña.- Le salude sonriendo y tomando su delicada manita.

- Hola.-contesto ella sonriendo cobijando su cara entre los hombros. Era muy tierna.
En sus manos yacía con una Rosa. Me agache hasta quedar a su altura y le pregunte su nombre.

Sonrió como avergonzada un poco y luego respondió acercándose.
- Anais. - Dijo.

- ¿Anais? Woahhh... Me encanta tu nombre pequeña.
Sonrió quisquillosamente.

- Yo me Isra. - me presente.

- iiirra. - dijo con algo de dificultad. Comprendí que apenas rozaba los 2 años.

- jejejeje... si, así esta bien. Isra, como Israel pero sin el "el".

- Irra. - repitió sonriendo. - mira. - me dijo acercando su rosa a mi nariz.
Cerré los ojos, la olí, así como grabando ese increíble momento en mis lugares mas especiales donde guardo mis recuerdos.

- ¡Que color tan suave y vivo! Huele muy rico. Es hermosa.
Ella continuo con su sonrisa quisquillosa. Luego comenzó a caminar a mi alrededor hasta quedar en mi espalda, se dejo caer sobre la mochila que llevaba en mi espalda y ahí quedo un rato. Sus manos pequeñas y la rosa me daban justo a los hombros y oía su risa tras mis orejas.

Olvide gran dolor que digerí durante las dos ultimas semanas, y la verdad... me siento sano interiormente... ¿Cómo? No lo se.
Pero, nunca he considerado que tenga afinidad con los niños, para ser honesto cuando yo fui uno, detestaba al resto y a mi mismo, creo que los niños perciben eso y es la razón por la cual me mantengo lejos de ellos aunque se me acerquen por curiosear.
Pero esa pequeña y su sonrisa chiquillosa, su risa exquisita a mis oídos y su esencia inocente, apacible. La verdad no pensé que existía un mundo así.
Un mundo donde algo tan pequeño puede contra tanto.
Una pequeña sonrisa como esa jamas la he recibido en mi vida y la verdad, veo las cosas algo diferente, aun siento en mi esa sensación de querer estar con ella, oírla reír y sentir su aura cálido.

Fue algo sumamente precioso... La verdad, ame ese momento.
Nunca me ha gustado conocer a las personas, lo se, suena egoísta de mi parte y un poco desconsiderado, pero siempre he sido de aquellos que solo le bastan con conocer a la persona un instante y quedar con su nombre. Por eso evito a la mayoría de las personas, porque fácilmente propasan ese limite aun sin decir nombre ni expresar en si algo que los presente como personas. Sino que buscan la manera de ser reconocidos ojalá a su propia manera moldeada frente a los demás, nadie ya tiene una originalidad.
Mas hoy, fue una bendición tomarse con ese pequeñito ángel risueño.
Me ha llenado el corazón hasta sobreabundarlo de afecto y de gracia. Ha colmado mis vacíos océanos de sentimientos singulares.

Anaís.
De verdad hasta el nombre me es agradable. Poco usual, busque, pero no el significado de su nombre, sino la referencia a su origen y encontré nada menos que aquello que vi en ella.
"De naturaleza emotiva, amable y condescendiente. Suave, cordial, sagaz. Ama la armonía de las formas y los métodos persuasivos."

Siento algo en mi interior al recordarle, y es algo que salta de lado a lado, algo travieso e inquieto que me hace reír a pequeños lapsos de tiempo.

Creo que... mi interior quiere hacerse amigo de esa pequeña.
Pero me basta y sobra de ahora en adelante con recordar esos fascinantes 2 minutos que compartió conmigo.

Ahora entiendo porque Mi Señor Jesucristo dijo muchas cosas referente a los niños pequeños. Entre todas esas referencias dijo; "- que aquel que no sea como un niño no entrara en el Reino de Dios."
Y acabo de comprenderlo hace un instante. 

Es sencillo hablar de un niño como algo "no malo" por su inocencia, pero es que en este mundo podrido de morbo y esas paganidades, la inocencia no dura mucho, pero en los niños... los niños pequeños, esos que con su sonrisa sanan a lóbregos llenos de oscuridad interior como... esos niños y niñas son la cura a tanto mal adolescente, joven y adulto de hoy en día. Son una bendición mas allá de mi comprensión. Ha cambiado algo en mi, lo se.
Algo nuevo he sentido hoy y que lo ignoraba completamente.
Pero . . . Bueno, eso es personal.

Estoy muy agradecido. Muy feliz en mi corazón por una bendición tan grande para un encuentro tan formidablemente pequeño.
Es indispensable que al instante de oler una rosa venga a mi mente un pequeño recuerdo, e indudablemente... sonreiré con todo mi corazón.

Muy Buenas Noches Pequeñita.
Gracias por compartir tu alegría.
Por sanar la amargura con esa sonrisa maravillosa.
Por darme esperanzas y tocar mis dormidos sentimientos.

Gracias... Por que pequeñas almas como tú, heredaran el Reino de los Cielos.

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