Soy un recuerdo de 25 años. No tengo nada que ofrecer salvo un par de
palabras.
De todas las cosas que he aprendido
la mas importante… el amor por la vida, nunca fue mi fuerte. La amistad no se
me da. No logro ser lo que otros quisieran y tampoco busco ser algo para mi
mismo. Soy una persona enteramente vacía, insuficiente y con cero aptitudes
para encajar con otras personas.
Siento que muchos me miran con
lástima por la manera en que vivo. Quizá muchos se han dado cuenta que tras
esas palabras parlanchinas que salen de mi boca… hay una persona miserable.
La última semana me la pase lejos de
la ciudad. En un lugar muy lejos de casa.
En un lugar donde encontré la
oscuridad y el silencio que necesitaba….
En ese lugar, falto de luces,
encontré mi voz…
Siempre quise ser pasajero para el
resto. Por que a todas las personas que conocí y amé… Las termine hiriendo.
Merezco esta clase de vida, no es
autocompasión. Es solo el karma tocando mi puerta…. Y este soy yo… aceptando
los golpes.
Siento que no merezco mirar a
ciertas personas a la cara.
Siento alejarme de todos, como lo
hacía en la época escolar…
Ame a muchas personas, de las
cuales… unas fueron mas inteligentes y se alejaron.
Otras quizá no comprendieron por qué
me aleje yo.
No merezco tu amistad, ni tu
atención.
Si cruzas la calle y te topas con
cualquier tipo de personas…
Si te das un segundo para conocer a
esa persona…
Entenderás que cualquiera, en
cualquier esquina, es mejor de lo que yo.
Nunca pude quererme. Ni un poco.
Solo tengo 25 y soy
drogadicto…
Apenas un cristiano intentando
hallar un pedazo de cielo… En medio del infierno.
He mentido mucho a mis padres.
He fallado a mis mejores amigos.
Amando… merecí ser desechado.
No deseo vivir otro día, pero
siempre me termino levantando.
No por mi propia fuerza, por
resignación.
Soy débil. Patricio tenía razón,
nunca sabré lo que es sentir ganar una batalla o una pelea. Eso es por que
nunca estuve dispuesto a entrar en una. Nunca sabré lo que significa lograr
algo o alcanzar algo grandioso. Siempre admire a las personas valientes y
esforzadas, siempre quise ser como ellos. Pero siempre fui insuficiente.
Desde pequeño me sentí miserable,
siempre dudando de mi. Cuestionándolo todo.
Hernán me dijo que no diera tanta
importancia a ciertas cosas que no debía, pero descubrí que existen cosas que
me importan demasiado como para ignorarlas, pero justo aquellas cosas que mas
me importan, son las que no puedo tener conmigo… Por que fui demasiado
miserable como para permanecerlo a mi lado.
Mi nombre posee dos significados…
Uno es “Príncipe”; lo anterior a un Rey.
Pero toda mi vida me sentí peor que
un plebeyo, un simple pueblerino agolpado entre el vicio y la basura.
No logré quererme.
No conseguí perdonarme.
No pude dejar de odiarme por haber
fallado tanto.
El otro significado es… “Hombre que
ha visto a Dios”.
Juro… Con toda mi vida… que lo
busque de día y de noche.
Pero cada vez que me ensuciaba…
menos le encontraba.
Se alejó de mí, por que en mi
miseria me sumergía y me alejaba de Él.
No me respondía… porque gemía
criticándole, no pidiéndole.
Y nunca lo vi… Por que busque donde
solo había fango y mugre.
Se que exiges “eso” de mi que yo
pienso que no puedo darte…
Y me aferro a morir aún después de
que Tú diste tu vida por mi.
Me revuelco entre la basura y las
porquerías viciosas de la noche, porque no comprendí a qué te referías cuando
decías que en Ti encontraría la Paz.
No comprendí lo que significaba
cuando me dijiste que entre tanto tormento Tú me devolverías la calma. Nunca
comprendí tu Bienaventuranza.
Me partía llorando con motivo des
ilusorio a raíz de mi mismo, y cuando en ti pensaba… Rogaba a la muerte que me
diera una oportunidad de partir.
Pero tampoco escucho… Me aferre a
vivir sin saber porque….
Y eso hacía que poco a poco me
hiriera la razón.
Siento que el decir que No, no hiere
mas que decir que Si a la oscuridad, por que a la larga, ésta, te absorbe el
alma. Dime que Tú si me entiendes…
Que comprendes esta inconsolable
desesperación.
Puede que hoy no te sienta. Puede
que hoy deje de ser amigo.
Puede que hoy termine.
Pero no puedo evitar recordar las
veces en que si te sentí a mi lado.
Cuando Hernán soportaba mi asquerosa
compañía y me aconsejaba entre historias del recuerdo, hallando en esas
palabras una respuesta madura.
O cuando Carla me golpeó tan fuerte
por la insensibilidad que yo demostraba ante el fallecimiento de su querido
padre… Para luego romper el llanto a costa de mis brazos, como cuán polluelo
bajo las alas.
O cuando Jonathan dijo que se
marcharía y mi corazón tornó grisáceo y triste. Y se quedó tanto tiempo conmigo
que, sentí que nunca marcharía aún después de haberlo dicho. Como cuando Paola
pago todas mis desdichadas cuentas y de ello jamás me cobró un miserable peso…
Como cuando Pamela dijo aquellas palabras que me devolvieron la vida, cuando yo
solo pensaba en quitármela.
Nunca pude despedirme de Mamita…
Nunca pude decirle que fui un completo fracaso de humano. El amor que me enseño
lo practique por años, pero cada vez que lo hacía, mas sufría, y creo que
aunque no me lo dijo, ella sabía que así sería.
Y me pregunto… Donde encuentro las
armas.
Para no rendirme, para ser valiente,
para no morir sin poder al menos ser amigo útil por una vez. Ser un hijo digno…
ser Cristiano. No avergonzar a Cristo.
Si me perdonaras… Si tan solo…
Tuvieras compasión de mi.
18.08.2017.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario