No se con exactitud que estación es esta… de igual manera
siento inseguridad de cómo están las cosas a mi alrededor. Pero sé que mi
interior esta calmado, tranquilo y contento.
Un viernes por la tarde llego Paola, mi hermana mayor, de
improviso a casa. Ella se desempeña en un trabajo que requiere mucho tiempo
ocupada, viajando.
Estaba a medio trabajo cuando la llamaron informándole que
tenia que viajar a Santiago, la cuidad metropolitana.
Ella se encontraba en Osorno, a muchos cientos de
kilómetros. Viajo a Temuco para preparar sus maletas para el largo viaje. En
ello, mientras estaba en mi cuarto dibujando, oí desde mi cuarto que esa
noticia no había sido muy bien recibida por parte de mi hermana, no le gusta
viajar sola y menos a esa ciudad tan contaminante en todo aspecto de la
palabra.
Me levante solo por un impulso que al principio no entendí,
pero mas tarde sabría que Dios se había acordado de nosotros. Hermanos.
“Había un rio que se veía ahogado, obstruido por una gran
roca que no le permitía avanzar. Un segundo río se unía al primero. Ambos, con
su fuerza caudalosa lograron mover la gran roca que les obstruía, así, ambos
ríos se unieron en uno solo gran río.”
No lo comprendí cuando papá lo dijo, pero en seguida dijo lo
mismo. – Yo tampoco lo entendí al principio, pero ahora se que el primer río es
una persona, tu hermana. El otro río eres tu, hijo. La roca ahora se quito y
ambos irán juntos a Santiago.
Renuncié al trabajo, Pamvi ya no forma parte de mis días y
me he estado tomando días libres últimamente, pero… pasado una semana y media
Papá recibió una llamada de Paola. De ahí comenzó todo y resumiendo la
historia… Henos aquí, no en Santiago, sino en La Serena. Hemos viajado
trabajando y disfrutando del Norte.
Anoche supe que Herniano con su pareja Paola y Antho andaban
trabajando por esta cuidad y nos reunimos mas tarde. Fuimos con mi hermana y
resulto bastante gratificante verlos otra vez. Me recibieron con mucha calidez.
Hoy pasado el medio día con Paola fuimos a comer algo, nos
encontramos con un local de comida rápida muy singular llamado “Bookafé”.
Apenas entré vi la cantidad exorbitante de libros en los
muebles de las paredes y todos los libros tenían algo en común. Eran libros
Cristianos.
Una Biblia abierta en Salmos me dio la primera lectura del
día sin saber que mas tarde, la lectura seguiría igual que en el Desayuno.
- ¿Te gustan los libros? – Dijo una de las mujeres que
atendían el local.
- Los como a diario. –Le dije mientras su rostro reflejo
incomprensión. – Oph! Leo a diario.- Rectifiqué.
- Ah, que bien. Aquí hay varios libros.
- Es lo que mas me ha llamado la atención del lugar, eh, por
cierto, no es que el café y la comida no haya sido buena, pero… Pienso que los
libros nutren el cuerpo para alimentarnos de lo mas peligroso en el mundo.
- ¿Ah, si? ¿qué cosa?
- La ignorancia. – Dije sonriendo.
Ella me miro fijo y sonrió también.
Compré varios libros que me traje, pero solo uno no pude
traer.
Asique espero volver a viajar de nuevo y prontamente a La
Serena y esta vez traérmelo.
Se llamaba “La comisión de Dios”.
19.05.2016.-
19.05.2016.-
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