Gran parte de lo que es nuestra infancia colegial la pasamos conociendo a nuestros compañeros, todos son diferentes en todos los sentidos, algunos son quienes formaran parte de nuestras vidas por largos años, otros solo seran un compañero de clases, sin embargo todos por igual son la familia del colegio.
Resulta facil distingir amigos de compañeros, como profesor de alumnos, pero a travez de las clases es innevitable que los roles cambien, el querido profesor se vuelve algo indeseado a la hora de apuntarnos y ordenar que nos paremos ante el pizarron y el compañero se vuelve quien enseña. ¿Cómo es eso?...
Entre la espada y la pared (como asi frecuentemente imaginamos esa situación) cuando no sabemos llegar a la respuesta o como llegar a la ecuacion que resuelve el problema que se nos plantea... ¿Qué hacemos?...
Eventualmente miramos a nuestro alrededor, vemos a nuestros compañeros como buscando ayuda, es entonces cuando miramos a quien consideramos nuestra amistad y evidentemente esta nos tendera una mano. Tal vez no sea la forma correcta de resolver el problema que nos dan a nosotros, pero es natural mirar para el lado cuando no sabemos que hacer o como resolver lo planteado. No nos enseñan tanto a resolver una ecuación que jamas nos servira en la vida cotidiana, nos enseñan a ver en quienes podemos confiar ante un problema y eso lo aprendemos desde pequeños...
La respuesta muchas veces no esta en como plantear el problema, sino descubrir quien nos ayuda a ver la solución.
Cuando pequeño siempre fui un buen alumno aunque nadie me recuerde pues nunca di problemas y es mas, logre pasar desapercivido en la basica como si nada. Pero cuando tocaba la hora de pasar al pizarron jamas mire hacia atras, puedo asegurar que nunca mire a mis compañeros para hallar la respuesta, claro, hubiese sido sencillo mirar a un amigo y responder con la solución que él me daba, pero no tenia amigo y no habia a quien mirar, solo era el pizarrón y yo, el problema planteado y la solución con que solamente yo lo resolvia...
Por que pienso en ello... Pues, es lo que pienso antes de decidirme a estudiar para enseñar a esos chicos. Mi razón es plantear el problema y ayudarles a mirar de vez en cuando a su alrededor, a encontrar a sus amigos. Quiero ser el puente entre la soledad y el compañerismo entre aquellos que solo miran al pizarron encerrandose en si mismos. Es obvio que es a mi mismo a quien veré cuando un pequeño mire al suelo frente al pizarron e intentando resolver solitariamente aquel problema que se le plantea. Se que en ese momento solo existe "el problema y yo" y es eso lo que deseo cambiar, la vida de un pequeño no tiene porque ser asi.
Siempre hay a quien acudir y cuando no lo haya, es porque la infancia ya habra terminado. Aun asi, el mundo adulto no es necesariamente "el problema y yo", es cierto que de -infancia a adulto- todo cambia, pero depende solo de uno mismo la solución que quiera darle a un simple problema del que todos podemos ser parte para ayudar a resolver el problema planteado.
...Dias de Clases...
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